Ayer pudimos asistir, avergonzados, a un lamentable incidente protagonizado por Fernando Verdasco en el torneo de Niza. Se enfrentaba al tenista local Richard Gasquet en la final del torneo (que acabó perdiendo por 6-3, 5-7 y 7-6) cuando el madrileño perdió los nervios.
Tras conectar el francés varios golpes ganadores, Verdasco, indignado, mirando a su padre dijo: “Se ha jugado diez y las diez le han entrado, diez de diez”. No conforme con eso, cuando se sentó en el cambio de campo, Verdasco comenzó a soltar improperios: “Su puta madre, su puta madre, hostia. Puto francés de mierda, hostia puta". Un comportamiento del todo inaceptable, que continuó durante el partido, mientras el público animaba a su jugador e increpaba al español: “Me gusta, me gusta”, decía Verdasco en tono irónico. Incluso el juez de silla, el brasileño Carlos Bernardez, tuvo que llamar la atención al jugador. Verdasco puso la guinda diciendo: “Joderos, joderos, a ver quién tiene más cojones”.
Hoy, transcurridas unas horas, Fernando Verdasco ha pedido disculpas a Gasquet, al público francés y concretamente a los allí presentes. Ha explicado su comportamiento de ayer, excusándose en la provocación de dos aficionados en concreto que no pararon de increparle durante todo el partido.
La verdad es que su comportamiento no tuvo excusa. Un jugador profesional de su talla debe mantenerse al margen de todo ese tipo de circunstancias. La provocación de esos dos aficionados, para nada justifica el comportamiento de Fernando Verdasco, que nos avergonzó a todos. El hecho de pedir disculpas quizá le honre, pero debía haberlo pensado antes. Jugadores de muchísimo más nivel que él, como Nadal o Federer, se ven ante esas situaciones a diario y saben mantener la calma.
“Fer” (como le llaman los que le conocen y admiran) es un jugador que pierde rápidamente la concentración durante los partidos. Mientras las cosas le van saliendo bien, no hay problema. Pero cuando vienen mal dadas, Verdasco se va del partido y se empieza a acordar de los dolores. Resulta bastante curioso ver cómo cuando gana, no tiene ningún tipo de molestia.
En definitiva, Verdasco debe cuidar su actitud durante los partidos, al menos hasta que haya ganado algo. Es verdad que a McEnroe se le permitían ciertas salidas de tono, quizá fuera porque era un genio…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Participa en Ojo de Halcón