Muchos años ha tardado el serbio en ganar al número uno del mundo en una final. Tras esto, “Nole” dice adiós a ese papel segundón que tenía hasta ahora, algo díscolo, y arrebata el número dos del ranking ATP al suizo Roger Federer.
La temporada que está realizando el tenista balcánico ralla la perfección. No ha perdido un solo partido y ya en enero se alzó con su segundo Gran Slam, tras ganar el Open de Australia a Andy Murray en tres sets. Está aprovechando el gran estado de forma en el que se encuentra y es muy probable que se afiance en esa segunda posición.
Concretamente, en el Masters 1000 de Indian Wells, no ha dado opción a ninguno de sus rivales, incluso se impuso a Federer en semifinales en un gran partido. Fue en la final donde lo pasó peor e incluso el antiguo Djokovic pareció aflorar en algún momento del encuentro, dando muestras de desconcentración, pero fue de menos a más y al final se terminó imponiendo de manera contundente (4-6, 6-3, 6-2).
Al fin, parece que se confirma lo que muchos atisbábamos desde hacía tiempo: Djokovic está llamado a ser el gran rival de Nadal durante los próximos diez años, pues a Federer no le pueden quedar muchos años de tenis al más alto nivel.
Es agradable que haya deportistas abiertos y espontáneos como él. Pero creo que eso le pasaba factura en su rendimiento distrayéndole en exceso. Es un tenista a la altura de los mejores de la historia en cuanto a calidad. Que entre en el Olimpo definitivamente está al alcance de su mano: de él depende.
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